Felipe Aizpun
En artículos recientes nos hemos ocupado de los argumentos por analogía así como también del concepto de información. He pensado que unir ambas cosas puede resultar en un ejemplo ilustrador en relación al concepto de la información biológica y al papel que el mismo desempeña en la dinámica de los organismos vivientes. A menudo nos hemos referido a la información genética como información prescriptiva y es posible que un concepto tal no resulte evidente para todos o que no resulte evidente la significación del concepto en el contexto de la biología. Es por ello que no es descartable que el recurso a una comparación analógica resulte de utilidad; no en vano, ya explicábamos recientemente que los argumentos por analogía son excelentes recursos retóricos que permiten una mejor comprensión de la realidad.
A diferencia de la información estrictamente semántica, es decir, un mensaje que encierra un significado en función de un código sobreentendido entre emisor y receptor, la información prescriptiva puede ser identificada mejor por su carácter determinante. Cualquier tipo de “instrucción” es decir, de recomendación o mandato en orden a producir un resultado determinado puede ser tomado por ejemplo de información prescriptiva. Así por ejemplo, una receta para la elaboración de un pastel o un conjunto de instrucciones de montaje para la construcción de una estantería lo son. La información prescriptiva contiene las claves para el desarrollo de un trabajo en una determinada forma y condiciones, con unos materiales específicos, en orden a la consecución de un resultado predeterminado. Es importante comprender que la información prescriptiva es siempre intencional, es decir, se refiere a algo que tiene una realidad propia independientemente de la información, y que constituye el modelo y el origen de dicha información. La idea del pastel y la idea de la estantería son lógicamente previas a la constitución de las instrucciones que las prescriben y éstas han sido originadas en función de aquellas.
Pero nos centraremos en un ejemplo de información prescriptiva especialmente significativo para construir nuestra analogía: la música. La idea musical nacida en la mente creadora del artista se concreta, como todos sabemos, en una partitura. Dicha partitura está conformada por líneas paralelas, el pentagrama, y pequeñas anotaciones, las notas musicales, que juntas constituyen un sistema simbólico material. La partitura no es por sí misma un mensaje plenamente significativo, en la medida en que no baste con poderla leer y entender su contenido para recrear plenamente la intención del compositor. Al igual que la intención de una receta es procurar la realización de un exquisito pastel, el objeto de la partitura es contener las instrucciones precisas para ejecutar una interpretación musical recreando la música concebida por el compositor. De ahí su carácter prescriptivo. Imaginemos las notas de una sencilla canción que pueden ser ejecutadas en un instrumento de teclado; un estudiante de piano no excesivamente experimentado podría leer la partitura y ejecutar los movimientos indicados para hacer surgir la música prescrita por ella. Continúe leyendo »
