jun 152012
 

Felipe Aizpun

Mary Jane West-Eberhard es una bióloga norteamericana con un curriculum notable y más de cuarenta años de publicaciones especializadas a sus espaldas. Actualmente se encuentra trabajando para el Smithsonian Tropical Research Institute en Panama compaginando su trabajo en la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica. MJWE ha desarrollado su trabajo y sus investigaciones de forma general en el seno del stablishment científico sin desentonar excesivamente en el concierto oficialista, pero eso no le ha impedido aportar algunas propuestas que han hecho que algunos la hayan calificado como “brillante y pacíficamente subversiva”. Su trabajo más célebre data de 2003, se trata de su libro titulado “Developmental Plasticity and Evolution” (Oxford UP) cuyas más de 600 páginas le valieron un merecido reconocimiento internacional.

James Barham, el filósofo de la Universidad de Notre Dame al que ya nos hemos referido en otras ocasiones se ha ocupado de ella en un reciente artículo en su blog “The Best Schools”, como una referencia a tener en cuenta para una visión post-darwinista de la evolución.

En realidad MJWE no ha pretendido nunca postularse abiertamente como un desafío al paradigma darwinista, sin embargo, la línea discursiva de su mencionado libro resulta difícilmente asumible en el mismo toda vez que reivindica de manera abierta y decidida una perspectiva teleológica en los seres vivos y en su hipotético proceso evolutivo. Por ello, Barham interpreta que, cualesquiera que hayan sido sus verdaderas intenciones, la obra de MJWE supone una amenaza para los cimientos del pensamiento darwinista. La razón estriba en que la pretensión de que el proceso evolutivo carece de finalidad, propósito u orientación premeditada es un elemento clave de la teoría darwinista de la evolución, y la obra de MJWE cuestiona de forma concluyente precisamente este aspecto fundamental de la teoría.

MJWE nos muestra en sus trabajos, cómo cualquier intento explicativo del hecho evolutivo debe necesariamente recurrir al concepto de finalidad y que una recta comprensión de la evolución como proceso, lejos de llevarnos a concluir la eliminación de la teleología en el mismo nos aboca inevitablemente a una perspectiva finalista como presupuesto de la misma. Lo que entiende la autora por “developmental plasticity” (plasticidad en el desarrollo) es en concreto la característica que todos los seres vivos poseen de poder “compensar”, durante el desarrollo embrionario (ontogenia) los cambios sobrevenidos en las condiciones tanto internas como externas. Como apunta Barham en su artículo, la idea de compensación es una idea estrictamente teleológica ya que implica la existencia de un fin o de un objetivo a perseguir a través de las maniobras de compensación. Y añade Barham: Continúe leyendo »

Download PDF
jun 052012
 

Cornelius Hunter

Se ha desarrollado un nuevo método que permite describir las ubicaciones precisas en donde el ADN ha sido marcado con un grupo hidroxilo. La molécula de hidrógeno-oxígeno, como el grupo metilo al que está adherida, influencia la expresión génica y ayuda a la adaptación del organismo. La adaptación de las especies al medio aparece como una evidencia obvia de evolución. Pero en los últimos años hemos empezado a comprender la enorme complejidad de la adaptación. No es una historia de selección natural actuando sobre variaciones biológicas no guiadas (es decir, variaciones que son indiferentes a las presiones del entorno). Este tipo de proceso no dirigido ha sido el dogma evolucionista del pasado siglo. En lo que se conoce como la Síntesis Moderna, la adaptación biológica se describe como el resultado de variaciones fortuitas procedentes, por ejemplo, de ajustes genéticos o mutaciones accidentales. Ahora estamos empezando a comprender la auténtica versión de la adaptación biológica, no precisamente gracias al discurso evolucionista. Lo que vemos es una maquinaria de adaptación increíblemente compleja que modifica el diseño de los organismos en respuesta a las presiones ambientales.

No es tan simple como decir que hay una variedad de mecanismos que permiten que ocurra la adaptación. Estos mecanismos, conocidos de forma amplia como herencia epigenética, pueden regular la expresión de los genes tanto como rediseñar dichos genes. La conclusión es que los procesos de adaptación no son casuales, son beneficiosos para el organismo y entrañan una enorme complejidad. La historia darwinista es completamente falsa. Tal como ha admitido una autora evolucionista (Eva Jablonka), la Síntesis Moderna:

…establece que las variaciones son ciegas, son genéticas (basadas en cambios en los ácidos nucleicos), y que los eventos saltacionales no contribuyen de manera significativa al cambio evolutivo. La perspectiva epigenética desafía todas estas afirmaciones, y parece que una nueva teoría ampliada, dirigida por estudios sobre el desarrollo y herencia epigenética, e incorporando un marco saltacional de caracteres darwinistas y lamarckistas, va a remplazar a la versión evolucionista de la Síntesis Moderna. Continúe leyendo »

Download PDF
may 132012
 

Felipe Aizpun

En su reciente libro “A Universe from Nothing” (Un Universo de la Nada), el físico de la Universidad del Estado de Arizona Lawrence Krauss vuelve a recordarnos que la Naturaleza “parece” mostrarnos una huella apabullante de diseño por doquier. Dice Krauss: “La apariencia de un propósito es quizás el espejismo más generalizado en la Naturaleza al que la ciencia tiene que enfrentarse a diario. A donde quiera que miremos parece que el mundo haya sido diseñado para que podamos surgir en él”. Dado que el objeto del libro es defender la auto-creación del Universo desde la nada en el más estrafalario monumento a la sinrazón materialista jamás escrito, no es de extrañar que añada poco más adelante lo siguiente: “Y por lo que se refiere a la diversidad de la vida en la Tierra, tal como Darwin describiera hace más de 150 años y los experimentos han confirmado desde entonces, la selección natural puede justificar la diversidad y el orden de las formas biológicas en evolución sin necesidad de un plan que lo gobierne”. Lo cuál se suma a la famosa sentencia de Dawkins de que la biología es el estudio de cosas complejas que parecen haber sido diseñadas para un propósito (pero que no lo han sido).

El problema es que la observación experimental, en contradicción con lo que afirman tan a la ligera Krauss y Dawkins no ha podido nunca documentar ningún ejemplo de especiación, es decir, ninguna auténtica evolución de “formas biológicas” tal como expresamente señala el físico de Arizona, por mecanismos darwinistas. En un reciente post sobre la evolución y el desarrollo sacábamos a relucir precisamente el problema de la forma y señalábamos la absoluta impermeabilidad del paradigma darwinista al problema de la justificación de la forma biológica. En este post comenzaremos a reflexionar sobre si existen soluciones al problema de la forma, no sólo ya en el marco del paradigma darwinista (que no las hay) sino incluso en el más amplio marco de una teoría naturalista más comprensiva del fenómeno evolutivo. Lo que se trata de estudiar es si el diseño aparente en la Naturaleza debe reivindicarse como un diseño realmente originado en una causa inteligente o si por el contrario, existen datos suficientes aportados por la observación empírica que permiten afirmar que la complejidad y organización de los seres vivos pueden haber surgido de manera fortuita. Nos serviremos para ello de recientes trabajos de dos autores que se adscriben de manera decidida en esta perspectiva naturalista, Richard C. Francis, neurobiólogo de formación y escritor científico autor del reciente libro “Epigenetics, The Ultimate Mystery of Inheritance” y el más conocido Massimo Pigliucci promotor y editor del libro “The Extended Synthesis”; ambos autores han afrontado precisamente el problema de la explicación del origen de la forma biológica y de la causación genotipo-fenotipo. Continúe leyendo »

Download PDF
feb 232012
 
ADN

ADN

Felipe Aizpun

Si la biología evolutiva se ocupa de estudiar los procesos de cambio de los seres vivos y favorecer una teoría explicativa de la emergencia de las formas biológicas a lo largo del tiempo, básicamente deberá de ser capaz de justificar las variaciones en los rasgos constitutivos de los fenotipos de las diferentes especies. Las especies se distinguen en sus rasgos morfológicos y sistemas funcionales, es decir en su particular fenotipo, y éste a su vez se considera la expresión del acervo informacional que denominamos genotipo. Por lo tanto el cambio en el tiempo de los organismos es en definitiva un cambio en el fenotipo que deberemos explicar a partir de los cambios experimentados en la reserva informacional del organismo en cuestión. Pero para ello, resulta imprescindible resolver una cuestión previa que, no muchos parecen comprenderlo, estamos lejos de haber resuelto de manera satisfactoria: el problema de la causación. La relación causal entre genotipo y fenotipo, la forma concreta en que la información prescriptiva de nuestro genoma y demás maquinaria celular provoca la construcción de un fenotipo determinado es, a día de hoy, todavía, y a pesar de todo y de todos, uno de los enigmas pendientes de resolver en biología. Por eso, ninguna teoría científica en torno al proceso de la evolución puede presentarse como una solución definitiva al misterio de la vida y su desarrollo en nuestro planeta si no es capaz de abordar esta cuestión fundamental de manera consistente.

Con objeto de indagar en tan apasionante cuestión nos apoyaremos en el interesantísimo trabajo del profesor Denis Noble del departamento de Fisiología, Anatomía y Genética de la Universidad de Oxford, titulado “Genes and Causation” (2008). Noble es un especialista en fisiología cardiovascular y ha sido uno de los impulsores de una perspectiva sistémica y organísmica de la biología en la línea abierta por el precursor de esta perspectiva el biólogo austriaco Ludwig von Bertalanffy. Autor de gran cantidad de trabajos y libros de carácter científico, ha destacado por su visión crítica del reduccionismo genético inherente al paradigma neo-darwinista. En el mencionado trabajo Noble aborda de forma directa el problema de la causación de los rasgos fisiológicos y pone en evidencia el callejón sin salida al que nos ha abocado el avance de la biología molecular en relación al contenido y alcance de la propia idea de gen. Continúe leyendo »

Download PDF