Felipe Aizpun
Mary Jane West-Eberhard es una bióloga norteamericana con un curriculum notable y más de cuarenta años de publicaciones especializadas a sus espaldas. Actualmente se encuentra trabajando para el Smithsonian Tropical Research Institute en Panama compaginando su trabajo en la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica. MJWE ha desarrollado su trabajo y sus investigaciones de forma general en el seno del stablishment científico sin desentonar excesivamente en el concierto oficialista, pero eso no le ha impedido aportar algunas propuestas que han hecho que algunos la hayan calificado como “brillante y pacíficamente subversiva”. Su trabajo más célebre data de 2003, se trata de su libro titulado “Developmental Plasticity and Evolution” (Oxford UP) cuyas más de 600 páginas le valieron un merecido reconocimiento internacional.
James Barham, el filósofo de la Universidad de Notre Dame al que ya nos hemos referido en otras ocasiones se ha ocupado de ella en un reciente artículo en su blog “The Best Schools”, como una referencia a tener en cuenta para una visión post-darwinista de la evolución.
En realidad MJWE no ha pretendido nunca postularse abiertamente como un desafío al paradigma darwinista, sin embargo, la línea discursiva de su mencionado libro resulta difícilmente asumible en el mismo toda vez que reivindica de manera abierta y decidida una perspectiva teleológica en los seres vivos y en su hipotético proceso evolutivo. Por ello, Barham interpreta que, cualesquiera que hayan sido sus verdaderas intenciones, la obra de MJWE supone una amenaza para los cimientos del pensamiento darwinista. La razón estriba en que la pretensión de que el proceso evolutivo carece de finalidad, propósito u orientación premeditada es un elemento clave de la teoría darwinista de la evolución, y la obra de MJWE cuestiona de forma concluyente precisamente este aspecto fundamental de la teoría.
MJWE nos muestra en sus trabajos, cómo cualquier intento explicativo del hecho evolutivo debe necesariamente recurrir al concepto de finalidad y que una recta comprensión de la evolución como proceso, lejos de llevarnos a concluir la eliminación de la teleología en el mismo nos aboca inevitablemente a una perspectiva finalista como presupuesto de la misma. Lo que entiende la autora por “developmental plasticity” (plasticidad en el desarrollo) es en concreto la característica que todos los seres vivos poseen de poder “compensar”, durante el desarrollo embrionario (ontogenia) los cambios sobrevenidos en las condiciones tanto internas como externas. Como apunta Barham en su artículo, la idea de compensación es una idea estrictamente teleológica ya que implica la existencia de un fin o de un objetivo a perseguir a través de las maniobras de compensación. Y añade Barham: Continúe leyendo »
