El Estatus Científico del Diseño Inteligente

stephen_meyerEste es el título de un nuevo trabajo que nos complace incorporar a la sección de “Artículos” de nuestra página web. Su autor es, una vez más, Stephen C. Meyer, uno de los más representativos contribuyentes del movimiento del Diseño Inteligente, y nos llega de nuevo en la excelente traducción de nuestro compañero Pedro García.

Si hay algo que caracteriza precisamente al discurso del DI, frente a otras corrientes de pensamiento teísta, es la decisión con la que asume el desafío del materialismo cientificista imperante. Algunos autores del campo teísta, como es el caso del estadounidense Edward Feser, han reivindicado los argumentos escolásticos tradicionales como el argumento de la Quinta Vía tomista, desde perspectivas “casi” exclusivamente filosóficas, y han denunciado la inútil preocupación de los autores del DI por andar enredando con disquisiciones científicas en torno a minucias como la microbiología. Para Feser, el argumento finalista adquiere su predominancia por el carácter esencialmente filosófico de su discurso, planteándose como una “demostración metafísica” que quedaría así a salvo de cualquier descubrimiento que la investigación científica nos pudiera deparar; en concreto, nos dice Feser, al margen de que la teoría darwinista de la evolución resultare perfectamente constatada como un proceso estrictamente natural verificable. Algo, si se me permite, realmente estrafalario si nos damos cuenta de que nos tenemos que estar moviendo en el ámbito de los argumentos a posteriori, es decir, de los argumentos que se construyen a partir del conocimiento empírico y la experiencia de la realidad observable.

Otras corrientes de opinión en el campo teísta han optado por asumir una posición “concordacionista” o “acomodacionista” si se me permite la introducción, por motivos de exclusiva comodidad y claridad, de semejantes barbarismos procedentes de la literatura anglosajona del ramo. La corriente conocida como evolucionismo teísta asume ciertamente la necesidad de respetar y valorar en el seno de los argumentos las conclusiones que la ciencia nos depara a partir de la investigación del mundo natural. Esta corriente sin embargo, se pliega a las interpretaciones que de la ciencia realiza el materialismo cientificista que, no solamente pretende imponer el saber científico como única fuente solvente de conocimiento, sino que exige además acatar la conclusión de que la ciencia nos aporta todas las respuestas necesarias y suficientes para concluir que la realidad material es autocontenida, que no precisa de referencias transcendentes para ser explicada y que cualquier referencia a una causa inteligente en el origen debe de ser rechazada por superflua y esencialmente anticientífica. Así, por tanto, el acomodacionismo del evolucionismo teísta consiste en admitir las tesis darwinistas de un proceso de emergencia de la vida y de las formas biológicas estrictamente natural o fortuito, es decir, no guiado, y acomodar el mismo a las enseñanzas de las Escrituras para reivindicar la compatibilidad de ambos discursos en perspectivas diferentes pero no contradictorias de la realidad y el sentido de nuestra existencia.

El DI, por su parte, no solamente concibe la investigación científica como un dato de partida imprescindible para la inferencia de las causas últimas de la realidad, sino que acepta el desafío materialista de manera plena rechazando las interpretaciones que de los datos científicos se nos quieren imponer y reivindicando sin complejos que la profundización en la indagación científica no hace sino confirmar precisamente lo contrario de lo que se nos impone, es decir, la existencia evidente e innegable de un diseño y una teleología reales y objetivos en los objetos naturales que reclaman con fuerza su justificación en la intervención de un agente intencional.

Meyer desarrolla en su artículo una argumentación en respuesta a las críticas que quieren denegar al DI un estatus científico por la sencilla razón de que sus propuestas no son verificables empíricamente o que simplemente no se rinden al estrecho marco de una perspectiva naturalista. Nada hay en el impulso de la indagación racional que nos obligue a aceptar una limitación de nuestras conclusiones como un prejuicio autoimpuesto. La pretensión de que solo existe aquello que puede ser contrastado por medio de la observación es una constricción ridícula a nuestra capacidad de conocer y los proponentes de las tesis del DI desde luego no nos consideramos obligados a doblegarnos ante ella. Meyer nos recuerda que las ciencias históricas no se rigen por el principio de demarcación propio de las ciencias experimentales ni por el principio lógico del razonamiento inductivo que les es propio. El argumentario del DI se rige en cambio, al igual que la inferencia propia de la teoría evolucionista, por la abducción o razonamiento hipotético que propone la existencia de causas pasadas para justificar los efectos observables en la actualidad.

El trabajo Meyer es, en líneas generales enormemente contundente y estoy seguro de que el lector que se asome a este artículo se sentirá indudablemente conmovido por la fuerza de su discurso. Por mi parte, sin embargo, quisiera añadir una matización, con ánimo exclusivo de completar la reflexión sobre el sentido o la perspectiva que los argumentos de diseño nos aportan. El DI no es una teoría alternativa al evolucionismo naturalista en términos de las causas eficientes o la naturaleza específicamente histórica del proceso. El DI no explica “cómo” surgió la vida o se conformaron las formas biológicas mas complejas. Es verdad que al tratarse de un argumento por las causas y dado que la ciencia parece informar de la aparición paulatina en el tiempo de los organismos vivos según un proceso creciente de complejidad, resulta comprensible la tentación de pretender convertir los argumentos de diseño en un recuento histórico de procesos mecánicos descriptibles por sus causas materiales y eficientes.

El DI sin embargo, lo que nos propone, desde el desconocimiento del detalle de dichos procesos y su emergencia en el tiempo, que la propuesta estrictamente mecanicista y reduccionista propia del evolucionismo darwinista resulta perfectamente insuficiente para justificar la realidad existente y que el conocimiento científico nos habla de datos de la realidad que exigen una justificación en términos de causas formales y finales, que el diseño y la orientación a fines que se nos muestran de manera abrumadora en la Naturaleza son objetivos y reales, no una mera apariencia de diseño, no mera “teleonomía” sino verdadera finalidad, la huella indeleble de una inteligencia creadora como referencia última de la realidad.

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6 Respuestas para El Estatus Científico del Diseño Inteligente

  1. Evidentemente, a la pregunta sobre el posible estatus científico, la respuesta es NO. Y el “NO” se justifica por tres cuestiones:

    1) El principio de falsación, esto es, el contraste de hipótesis, en el caso del DI, parte de una trampa argumental consistente en que no se parte de una observación y su generalización, si no que ya “sabemos” de antemano que “los relojes son hechos por un relojero” (entiéndase el argumento), lo cual equivale a partir de la hipótesis que se quiere demostrar.

    En contraposición a esto, la ciencia realmente alude al principio de falsedad, demostrando, al menos, que la hipotesis no es falsa (si no verdadera).

    2) Problema epistemológico de la analogía: lo que hace el DI es usar un parecido como una prueba de causalidad.

    3) El recurso a inobservables: No se recurre a un fenómeno, si no al análisis de un concepto.

    Aun así, no seria justo analizar los conceptos clásicos del DI, de la misma manera que no sería justo analizar hoy en día la teoría de la evolución de Darwin. Hoy en día el DI se basa, básicamente, en dos cuestiones para negar el materialismo naturalista:

    a) La inferencia del diseño, que básicamente se desmonta con la exposición anterior.

    b) El problema de la complejidad irreductible.

    Este ultimo punto, en el caso de los defensores del DI, se basa (fundamentalmente) en dos fenómenos concretos como ejemplos (y ya hemos dicho que todo aquello que no se refiera a fenómenos no es ciencia, si no metafísica o religión): el ojo de los vertebrados y el flagelo de las células. Cuestiones más transcendentales, como el origen de la vida, no creó que valga la pena si quiera discutirlas, ya que los defensores del DI solo se ocupan de defender mecanismos para intentar falsear las hipótesis científicas, y no para validar hipótesis alternativas. Esto último seria ciencia. Cualquier otra cosa, NO.

    En el primer caso, los propios defensores del DI ya no lo consideran un sistema irreductiblemente complejo (obvio, a tenor de los descubrimientos científicos al respecto).

    En el segundo, los descubrimientos en biología molecular, consideran que sus elementoa constituyentes si tuvieron valor biológico a lo largo de ma evolución, para los organismos que lo presentaban, ya que muchos de ellos están presentes en otros mecanismos bioquímicos. Esto invalidaría el argumento de los defensores del DI, puesto que dichos elementos podrían haber evolucionado por separado,.mediante selección natural, y su asociación para la formación del flagelo habría supuesto una ventaja en términos evolutivos, siendo tanto posible, como ventajoso, y por tanto, cumplir las premisas de la teoría.

    En respuesta al titulo del artículo, evidentemente la teoría del DI no alcanza el estatus científico. Se queda, como mucho, en una explicación mitológica.

  2. depaso:

    Leyendo tu comentario uno tiene la impresión de que no has leído el artículo de Meyer del que trata este post, y probablemente tampoco la enorme cantidad de literatura científica aportada por los autores del DI. Te recomendaría en especial los dos libros de Meyer “Signature in the Cell” y “Darwin´s Doubt”. También los trabajos de Jonathan Wells como “The Myth of Junk DNA” o, por supuesto los de Behe, “Darwin´s Black Box” y “The EDge of Evolution”, o los trabajos de Douglas Axe y Ann Gauger, ode Guillermo González, o David L. Abel o tantos otros…

    Podremos discutir sobre las implicaciones de los avances de la ciencia pero no es de recibo pretender que el movimiento del DI no es un movimiento de base científica.

    Cosa diferente es que las inferencias de causalidad en última instancia supongan una reflexión de naturaleza filosófica, lo cuál es evidente si se ha querido previamente limitar el ámbito del conocimiento científico al estudio de los “mecanismos”. Pero tanto el evolucionismo naturalista como el DI dan un paso hacia la identificación de causas últimas de la realidad, bien para afirmar, bien para negar. El evolucionismo naturalista además asume otros prejuicios previos de naturaleza filosófica como el mecanicismo reduccionista, que el DI no asume.

    El problema es que el materialismo cientificista quiere hacernos comulgar con ruedas de molino. Nos quiere imponer que debamos rechazar la intuición natural de que las cosas que presentan un diseño evidente, un orden asombroso, una complejidad funcional maravillosa, no pueden haber surgido por efecto del azar, sin una inteligencia rectora que hubiera diseñado las formas biológicas complejísimas que conocemos y sus impulsos finalistas en busca de un bien.
    Sin embargo, nada hay en la Naturaleza que nos permita concluir lo que pretende el materialismo, ninguna evidencia empírica de que el orden y la organización puedan surgir espontáneamente sin el impulso rector de una inteligencia creadora. La conexión entre orden e inteligencia es la más natural de las intuiciones que puede hacer una mente racional. Para deshacer esa íntima convicción hace falta mucho más de lo que el materialismo nos ofrece: la simple posibilidad remota de que quizás, podamos encontrar en el futuro las huellas de algún proceso que genere espontáneamente alguna información biológica nueva, un pequeño avance de complejidad, la sombra de una forma novedosa…

  3. Felipe, un movimiento “de base científica” es como decir que cojo lo que me viene bien y lo que no, no? O cómo es eso?

    No. Si el DI quiere ser un movimiento científico tiene que asumir el método científico. Si se quiere jugar al fútbol, se asumen sus reglas. Si no, pues se juega a otro deporte, pero no al fútbol.

    Respecto a la identificación de las causas últimas, yo no he escuchado a ningún científico hacer afirmaciones tipo ” Dios no puede existir”. Se escucha, sin embargo, “lo mas probable es que no sea la explicación del fenómeno” Sin embargo, y pese a haber muchas pruebas que indican que podría ser como dice la ciencia, si que veo a los defensores de DI decir “La emergencia no es posible”.

    La gran diferencia es que la ciencia deja claro que su campo de acción se reduce a fenómenos. Y que, a partir de esos fenómenos, se elabora una hipótesis, se contrasta, se cumple el principio de falsación, y si en todos los casos estudiados se cumple la hipótesis, se elabora una teoría que explica el fenómeno. No es perfecto, lo sabemos. Acaban habiendo excepciones en algunos casos, lagunas en otros, pero es la única manera en la que podemos hacerlo; y la prueba es el propio movimiento del DI, que la única manera que ha encontrado de elaborar una teoría es intentando falsear otras. Es decir, como la teoría científica PODRÍA no ser verdadera, es mi teoría la verdadera. Sin más contraste de hipótesis, sin observación directa, sin experimentación…

    Tu mismo lo reconoces Felipe: os basais en intuiciones, no en fenómenos. No hay nada observable en este momento, solo hay la creación de todo un andamiaje teórico, acerca de un inobservable, basado en analogías fuera de lugar y en la propia ausencia de datos, y por tanto, de explicación a los mismos.

    La finalidad de la ciencia no es hacer comulgar a nadie con ruedas de molino, su finalidad es estudiar fenómenos, exponer los datos objetivos, y dar una explicación a esos datos mediante un método que, por ahora, a aportado conocimiento y certeza en una grandísima cantidad de fenómenos hasta el punto de conocer muchas de las causas últimas de la realidad.

  4. Pues no. LO que dicen los autores del Diseño Inteligente no es “La emergencia no es posible” El que decía eso era Pasteur: “Omne vivum ex vivo”.
    Lo que dicen los autores del DI es que la causa inteligente es “la explicación más razonable” (The Inference to the best explanation”) para determinados fenómenos.
    Pongamos en efecto el caso de la emergencia de la vida en un mundo inanimado.. ¿Qué dice el método científico al respecto? Pues si se lo preguntas a un experto en la materia, nada amigo del DI por cierto, como Eugene Koonin en su libro “The Logic of Chance”, te dirá que no existe explicación científica razonable y que más bien parece tratarse de un “milagro”
    ¿Qué hacemos entonces?
    Muy fácil, nos apuntamos a la hipótesis de los multiversos y asunto resuelto, nos inventamos un número infinito de universos paralelos y nos acogemos a la terrible boutade de que en un universo infinito todo lo que es imaginable tiene que haber sucedido necesariamente (según Koonin).

    ¿Eso es el método científico?

    Yo me quedo con la intuición más razonable, es decir, que las cosas inteligentes tienen que tener una causa inteligente. Para lo de los multiversos hace falta mucha FE, a mi no me da para tanto.

  5. Por otra parte, adjunto una explicación de las propuestas del DI explicadas en términos de lo que exige el método científico. Es un extracto de un post firmado por Casey Luskin y que suscribo plenamente.

    Likewise, we can immediately see that ID arguments are scientific, and not religious, because they use the scientific method to make their claims. The scientific method is often described as a four-step process involving observation, hypothesis, experiment, and conclusion. ID uses this methodology in making its claims:

    • Observation: The ways that intelligent agents act can be observed in the natural world and described. When intelligent agents act, it is observed that they produce high levels of “complex-specified information” (CSI). CSI is basically a scenario that is unlikely to happen (making it complex), and that conforms to an independent pattern (making it specified). From our understanding of the world, high levels of CSI are always the product of intelligent design.

    •Hypothesis: If an object in the natural world was designed, then we should be able to examine that object and find the same high levels of CSI that we find in human-designed objects.

    •Experiment: We can examine biological structures to test whether high CSI exists. For example, when we look at natural objects in biology, we find many machine-like structures that are specified, because they have a particular arrangement of parts that is necessary for them to function, and complex because they have an unlikely arrangement of many interacting parts. These high-CSI biological machines are “irreducibly complex,” for any change in the nature or arrangement of their parts would destroy their function. Through experiments we can “reverse engineer” such structures and show that they cease to function if a part is removed, showing they are irreducibly complex.

    •Conclusion: Because they exhibit high levels of CSI, a quality known to be produced only by intelligent design, and because there is no other known mechanism to explain the origin of “irreducibly complex” biological structures, we conclude that they were intelligently designed.

  6. Me lo pones muy fácil, Felipe…

    Si, les he leído decirlo. Concretamente, aluden a cuestiones probabilísticas, totalmente sacadas de contexto. Si es necesario, busco el texto.

    Pasteur, y otros importantes científicos de hace “algunos” años, deben ser citados en su contexto. Usar a Pasteur como argumento de nada relacionado con la bioquímica en pleno siglo XXI no es muy acertado.

    Es bastante habitual escuchar en boca de Koonin frases como “el estado precelular de la evolución de la vida” o “los parásitos genéticos de capsides, probablemente emergidos primero…”. Hay que elegir mejor los ejemplos y no ir a la cita fácil. Claro que la vida PARECE un milagro. Otra cosa es que lo sea.

    Respecto a tu segundo párrafo. Nada más alejado del método científico que lo que se propone. Lo explico:

    Obervacion: Es a lo que me refería con las analogías de las que echáis mano habitualmente. “Observamos como crean los humanos cosas complejas, y ahora vamos a hacer una teoría en base a esa observación de como surgió la primera célula (claro, como también es algo complejo, debe ser lo mismo, funcionar igual, tener las mismas causas. Al fin y al cabo que diferencia puede haber entre una trampa para ratones y una célula?…)”. Hombre, sinceramente Felipe, le dices eso a cualquier científico serio y, directamente, se da la vuelta y se larga.

    Hipótesis: lo que adelantaba en el anterior punto. Además, esa hipótesis, si hablamos de método científico, solo nos podría llevar finalmente a confirmar o descartar si el Ser Humano creó la vida, no a si un ser inteligente sobrenatural creó la vida (sería otra analogía inválida). Es una hipótesis bárbaramente mal planteada.

    Experimentación: Qué experimentación hay ahí? Sinceramente, ir poniendo y quitando microtúbulos a un flagelo no conduce a nada dentro de este planteamiento. Además, la afirmación es absurda. Claro que si le quitas un componente al flagelo deja de funcionar. Y si le quitas un electrón a un átomo de un elemento cambia su química. Lógico. Pero eso no lleva a nada respecto al origen de la vida. Además, aquí entra en juego la trampa a la que aludía antes: Qué son sistemas irreductiblemente complejos para el DI? Porque su lista se va reduciendo a la misma marcha que avanza la ciencia… Ya ni el ejemplo del flagelo cuela…

    Conclusión: argumento 1: Falso. Vuelvo al ejemplo del flagelo: el DI lo considera SIC, y está demostrado que todas sus unidades integrantes cumplen funciones distintas y concretas en otros escenarios donde no están formando parte de un flagelo, con lo que perfectamente se pudo producir su asociación para integrarse en un conjunto que deviene en sistema que aporta una ventaja evolutiva. Y sin que nadie tenga que diseñarlo.

    Argumento 2: lo que yo decía antes: como no parece haber ninguna otra explicación que nos convenza, la buena es la que propone el DI.

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